El PRI sólo va por las pluris
Después de los resultados electorales del domingo 5 de junio, uno de los partidos más afectados en el viejo Revolucionario Institucional que perdió dos gubernaturas, Oaxaca e Hidalgo, aunque un priista ganó Durango, no es un triunfo que pueda presumir, porque el gobernador panista de ese estado y el crimen organizado metieron las manos a favor de la propuesta aliancista.
El PRI está en la lona, a pesar del discurso triunfalista de su dirigente nacional, Alejandro Moreno, quien fue defendido ayer por el presidente López Obrador en su mañanera de Palacio Nacional.
Aquí en Puebla, un día sí y otro también, aseguran que uno de los suyos será candidato a la presidencia municipal de la capital en una alianza con Acción Nacional, en realidad presumen de lo que carecen, no tienen votos ni base social y en todo caso desde ahora están buscando las plurinominales.
En eso si pueden presumir los priistas, tanto a nivel nacional como local, que son buenas administradores de las posiciones de representación proporcional, porque ya no ganan elecciones importantes por mayoría.
Del mismo autor: Zavala y sus ambiciones
El futuro y el presente de los priistas está en el dilema de aliarse con el PAN nuevamente o ingresar en masa, aunque sea con la figura de alianza, a Morena que se nutre muy bien con los cuadros priistas.
Para 2024, el PRI no tendrá candidato presidencial e irá aliado con alguno de los polos que hoy existen. Sus actuales líderes, si sobreviven en esas posiciones porque cada día tienen menos recursos, administrarán las plurinominales, al tiempo.
Como un ejemplo de esa crisis, que propició un desplegado de priistas reclamando la destitución y el cambio total de los actuales dirigentes, hay una entrevista concedida a Carmen Aristegui por Francisco Labastida Ochoa, excandidato presidencial por el PRI en 2000, quien se fue con todo contra Alejandro Moreno y la cúpula directiva que le acompaña.
El sinaloense apuntó que el PRI apoyó la victoria de Andrés Manuel López Obrador para que obtuviera más votos en la elección del 2018. Más lejos, señaló que el partidazo operó como esquirol en contra de la campaña de Ricardo Anaya.
Y para que las cosas quedaran claras, el exsecretario de Gobernación argumentó que López Obrador y Enrique Peña Nieto han mantenido un acuerdo para no agredirse.
También señaló que el mexiquense “ha sido el peor presidente de la República emanado del PRI”, juicio debatible, considerando a otros personajes que llevaron al país a una crisis, por décadas.
Asumiéndose prospectivista, Labastida Ochoa dijo que había acertado al señalar que Moreno Cárdenas sería “el sepulturero del PRI” y dijo que lo conocía desde hace décadas, “yo supe que era simplemente un regidor pero que hacía negocios, negociando contratos con Pemex y que de ahí salía su dinero. Entonces yo dije ‘bueno, este señor no tiene estatura moral para sacar al PRI del problema que trae’”.
Del mismo autor: Reforma Electoral a discusión: Mier
Haciendo memoria, llama la atención que Labastida Ochoa se presente como un referente del partidazo. Por ello, tal vez tenga sentido interpretar sus palabras, no en lo personal sino como un mensaje claro hacia “Alito” por parte de los priistas, que han sido desdeñados sistemáticamente por el liderazgo de Moreno Cárdenas.
Dice el clásico que el éxito tiene muchos padres y el fracaso es huérfano.
Cabe pensar en una explicación así, frente a los dichos que enturbian a un priato sin liderazgo, dañado y confundido, sin otro destino que su eclosión.
Por eso el PRI de ahora, sólo va por las plurinominales en 2024, regresar a los Poderes Ejecutivos ni pensarlo.
fcrisanto00@yahoo.com.mx
Twitter @fercrisanto
Facebook: Fernando Alberto Crisanto