Día Internacional de la Mujer; la polémica de felicitar o no a las mujeres el 8M
De acuerdo a la abogada feminista y titular de la Unidad de Prevención y Combate al Acoso Sexual (UPCAS) en el Consejo de Judicatura Federal, Jimena Ávalos, felicitar a las mujeres este 8 de marzo sería una contradicción a la lucha por sus derechos y reforzaría el rol de subordinación al que han sido sometidas.
“Los comentarios como ‘felicidades a la flor más bella’ o ‘felicidades a las mujeres que tanto nos cuidan’, es contrario a la lucha por los derechos de las mujeres. Esto no significa que las mujeres no seamos bellas, o no cuidemos, o no queramos ser valoradas, pero nos devuelve a este rol donde lo único que se nos permite dentro del patriarcado es ser adornos o ser cuidadoras”, aseguró la especialista en una entrevista para El Financiero.
La abogada considera que el 8 de marzo debería ser una conmemoración por la lucha de los derechos de las mujeres y no una celebración superficial.
“El 8 de marzo originalmente era el día de la mujer trabajadora, no era el Día Internacional de la Mujer como lo concebimos hoy, sino que originalmente es algo que se propone Clara Zetkin, una feminista alemana, comunista, quien plantea esta conmemoración para enaltecer a la mujer trabajadora”.
Clara Zetkin propuso instaurar un día en homenaje a las mujeres obreras que habían dado su vida para exigir mejores condiciones laborales en 1910, durante el Segundo Encuentro Internacional de Mujeres Socialistas, realizado en Copenhague. A dicho encuentro asistieron más de cien delegadas de 17 países.
De acuerdo con Ávalos, años después de la iniciativa de Zetkin, se buscó incorporar el Día Internacional de la Mujer eclipsando su origen comunista por medio de la leyenda sobre la huelga de mujeres en un fábrica textil de Nueva York, de la que no existe mucha documentación al respecto. Sin embargo, la fecha conservó el sentido de reivindicación del sector femenino ante la sociedad.
La especialista afirma que es muy importante seguir recordando esta fecha, ya que desde su origen, se buscaba conmemorar el 8M desde un lugar de ”lucha que viene de la izquierda” y esa lucha por los derechos de las mujeres pasó a formar parte de los derechos humanos.
Para Jimena Ávalos, la concepción de lucha tan defendida por grupos de activistas y feministas corre varios riesgos. Uno de ellos es el el purple washing o el lavado morado, una táctica de marketing utilizada por personas, empresas y otras organizaciones para promoverse a sí mismos o a sus marcas apelando a un supuesto compromiso con la igualdad de género.
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Ejemplos hay muchos, basta con revisar las redes sociales de marcas mexicanas y extranjeras cada que se acerca el mes de marzo.
“Este tema tiene que ver con querer hacer de esta fecha algo más pop, como de feminismo pop, en donde las marcas se suben y quieren vender productos. Se busca lucrar desde un lugar meramente superficial cuando estas empresas muchas veces sabemos que no tienen políticas de paridad de género, que no tienen mecanismos de atención a la violencia de género”, explicó.
También existe una tendencia a realizar acciones cortoplacistas enfocadas en el tema como las que muchas veces llevan a cabo las autoridades para aparentar que están trabajando al respecto.
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Estas acciones van desde felicitaciones, iniciativas o discursos, mientras se tolera el acoso y hostigamiento sexual.
Es por ello, que la abogada sugiere romper con estas narrativas superficiales y llevar a cabo acciones que abonen a la lucha o por los menos cuestionen las relaciones de poder a profundidad.
“Qué es lo que estamos haciendo en nuestros espacios de trabajo para que sean realmente seguros para las mujeres y para las personas de la diversidad sexual, qué estamos haciendo en nuestra familia para dejar de perpetuar nuestros roles de género. Hay que recordar que el 8M siempre es un momento de mucho movimiento donde nos piden muchas cosas, pero estamos en una lucha que es muy profunda y continuada, no es algo que se va a agotar en marzo”, sostuvo. El Financiero
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