El club inglés quedó a tiro de su tercera final de la Champions League en cinco años tras salir victorioso el miércoles 2-0 en el partido de ida de las semifinales.
Los “Reds” resolvieron el trámite durante un lapso de dos minutos al inicio de la segunda parte, primero con un autogol del lateral ecuatoriano Pervis Estupiñán y la definición de Sadio Mané.
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La marcha de ensueño del Villarreal en el torneo parece llegar a su término. Un conjunto que marcha en el séptimo lugar de la Liga española y repleto de jugadores que nunca pudieron establecerse en Inglaterra había eliminado a Juventus y Bayern Múnich — dos clubes de la alcurnia del fútbol europeo — en las dos rondas previas.
Liverpool, en carrera por una cosecha sin precedentes de cuatro títulos en una misma temporada, salió a liquidar y maniató sin despeinarse a un Villarreal que hizo muy poco. Pero los seis veces campeones de Europa debieron esperar para abrir la lata.
Los goles cayeron durante un lapso de 133 segundos, a partir del minuto 53, cuando el centro de Jordan Henderson fue desviado al fondo de la red por el botín de Estupiñán y el balón se elevó por encima de Geronimo Rulli.
El portero argentino alcanzó a manotear el balón, pero no pudo impedir que se anidara.
La mística del estadio Anfield en las noches europeas no falló en propiciar un fulminante segundo gol.
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Trent Alexander-Arnold filtró un pase hacia a Mohamed Salah y el toque entrelineas del atacante egipcio dejó el balón servicio para que Mané lo puntease a la red.
El partido de vuelta será el próximo martes en el estadio de la Cerámica del Villarreal y sólo una sorpresa mayúscula haría que el “Submarino Amarillo” no se despida en las semifinales, tal y como ocurrió en su previa presentación en la instancia en 2006
*IR