En muchas ocasiones al término de un discurso o intervención oral usamos mal los infinitivos y los gerundios, como si ello le diese mayor fuerza a nuestras palabras o concediera mayor importancia a quien habla.
¿Quién no ha escuchado usar los verbos en infinitivo de este modo?
Así, hay quien dice: "Por último agradecer la presencia de todos ustedes". Este tipo de oraciones están mal articuladas ya que esconden la acción del sujeto o el actor. Para enfatizar la acción del sujeto lo correcto es utilizar un verbo conjugado. En este caso se puede decir: "Por último, agradezco la presencia de todos ustedes."
Pongo otro ejemplo: "Finalmente, destacar el incremento de la popularidad de nuestro candidato". De igual forma, en este caso para hacer resaltar un hecho importante se debe decir: "Finalmente, destaco el incremento de la popularidad de nuestro candidato".
Otro error es usar mal los verbos en gerundio y que se escucha mucho en los medios comerciales. A menudo hemos escuchado expresiones como la siguiente: "Hemos rediseñado nuestra estrategia de ventas logrando un incremento de la facturación anual del 25%". En esta oración el gerundio no concuerda con la acción principal. Podemos decir: "Hemos rediseñado nuestra estrategia de ventas y así también un incremento de la facturación anual del 25%".
En el gerundio la secuencia temporal debe ser simultánea entre la acción principal y la consecuente. Por ejemplo: "Escapó de la cárcel cavando con un martillo para tallar piedras". En este caso, se hace claro cómo es que se escapó de la cárcel: cavando con un martillo.
Otro error grave es utilizar en la denominación de los cargos, títulos o puestos de responsabilidad el uso indebido de las mayúsculas: por ejemplo, el Presidente de Perú, el Secretario de Turismo, el Director General, etcétera. En todos estos casos de cargos o profesiones se deben escribir tal y como los demás, es decir, con minúsculas. Así, debe decirse, el presidente, el secretario, el director general y otros cargos o títulos como se dicen el arquitecto, el doctor, el plomero, el estudiante. Siempre con minúsculas salvo que sea al inicio de una oración o frase.
Otro de los errores frecuentes es confundir prever con proveer. Muchos escriben equivocadamente preveer de manera incorrecta. Prever quiere decir prevenir, ver antes de, anticiparse, y se conjuga igual que ver, es decir, él ve, yo veo, tú ves. Con una sola e.
No sucede lo mismo cuando decimos: "El Señor, proveerá" ya que en este caso queremos decir que Dios dispondrá de todo lo necesario para vivir. Así pues, sólo el verbo proveer, que significa suministrar algo se escribe con con doble e.
*BC